EMBARAZO Y PARTO HAPTONÓMICOS

"Estando embarazada de mi primer hijo Mario, fui a la consulta de mi tocólogo en la que había un doctor que me habló de la HAPTONOMIA.

 En un principio me sonó un poco extraño (¿CIENCIA DE LA AFECTIVIDAD?, ¿TACTO?), pero en unos segundos pensé: ¿por qué no?.

 Por fin, un día descubrí la Haptonomía gracias a mi tocólogo, si digo gracias es porque jamás me imagine que podía vivir mi embarazo con tanta felicidad. Mi marido y yo podíamos estar con nuestro hijo sin que lo tuviésemos en nuestros brazos.

 Estábamos con él afectivamente y dándole todo nuestro amor y él nos respondía.  Con nuestras manos y todo lo que el haptoterapeuta nos iba enseñando, día a día, le dábamos amor, seguridad y le decíamos que estábamos con él.

 Nuestro hijo sabía que estábamos con él cuando nuestras manos en mi vientre se comunicaban con esa pequeña maravilla dándole nuestro amor y afecto, surgiendo todos esos movimientos que oscilaban en mi vientre:  ¡QUÉ MARAVILLA!.

 ¿Y para el bebé?:  ya no se sentía sólo, estaba con su papá y mamá siempre que se lo pedíamos.

 Así transcurrió mi embarazo descubriendo en cada momento sensaciones distintas y especiales que fueron y son inolvidables.

Aprendí a estar con mi hijo en el momento del parto. Todo fue especial, yo estaba con mi hijo en ese momento tenso de dolor, ansiedad y miedo pero él estaba conmigo. Los dos nos ayudábamos, yo le enseñaba el camino y él me daba fuerzas para seguir y así conseguimos vivir ese momento tan maravilloso, en el que por fin nos vimos y lloramos los dos.

 Debo contar que tuve otro hijo y lo primero que pensé fue en la HAPTONOMÍA, no podía dejar que mi segundo hijo no viviera esa felicidad, ni yo tampoco.

 Estas líneas son para agradecer a nuestro amigo y obstetra, por enseñarnos que el amor se puede transmitir antes de ver la carita de nuestros hijos.

 ¡GRACIAS!.

 Pedro, Mario, Jaime y Mila

Zaragoza

 COMENTARIO: Los beneficios del acompañamiento haptonómico para el bebé son bien explicitados por los padres en este testimonio, por lo que no merecen más comentarios: felicidad, correspondencia, amor, seguridad, afecto...

Durante el parto, a pesar del dolor, la ansiedad y el miedo “... él estaba conmigo. Los dos nos ayudábamos... él me daba fuerzas para seguir”. Es lo que vemos muchas veces en los acompañamientos, como los bebés dan seguridad a sus padres y sobre todo a la madre en el momento del parto, disminuyendo esas sensaciones negativas tan frecuentes en las mujeres durante el parto y que pueden acarrear consecuencias negativas tanto en los padres como en los bebés.

La madre nos dice cómo le enseñaba el camino del parto, es decir cómo es capaz de acompañar a su hijo en el período expulsivo, que de esta forma y gracias al acompañamiento pasa de ser un expulsivo forzado clásico a ser una acompañamiento del bebé en el camino del parto, abriéndole el paso, abriendo la base y dándole el espacio necesario para que nazca de la mejor forma posible. Así el parto se transforma en “... ese momento tan maravilloso...”.