TRÍADA AFECTIVA Y PREVENCIÓN DE LA PREMATURIDAD
Mi experiencia con la haptonomía empezó en 1994 con motivo de la gestación de mi primer hijo.
A los cuatro meses y medio de gestación empecé a tener muchas contracciones. El ginecólogo me prescribió "Valium" y reposo absoluto. A mí, como médico que también soy, me pareció muy fuerte y afortunadamente cayó en mis manos una revista en la que se anunciaba el acompañamiento prenatal por haptonomía, llamé y contacté con una doctora que me aseguró que las contracciones podrían ser del "coco" y que una vez controlada esta idea todo iría bien, y... ¡¡ASÍ FUE!!.
Empecé a contactar con mi hijo de una manera natural, respetuosa y con amor.
Aprendí a darle SU ESPACIO DENTRO DE MÍ.
Sorprendentemente me di cuenta de algo difícil de creer, yo, deseaba a mi hijo pero inconscientemente lo rechazaba porque me preocupaba mi cambio físico y ese rechazo inconsciente provocaba mis contracciones.
Una vez aceptada la idea, el resto de la gestación fue una maravilla, quedé tan encantada de la experiencia que deseé repetirla tres años consecutivos. Mis hijos tienen seis, cinco y cuatro años.
El acompañamiento prenatal me permitió:
1.- Sentirme una persona digna de experimentar el milagro de la vida dentro de sí. No ser solo un contenedor.
2.- Contactar con mis hijos a cualquier hora del día y en cualquier momento.
- Cuando hacía un rato que no se movían o que no notaba nada, los contactaba muy suavemente y siempre me respondían con "una caricia interna" como diciendo: "estoy aquí, tranquila, que todo va bien". Y eso me daba una tranquilidad que no tiene precio.
- Cuando la gestación avanzaba y me pesaba el bajo vientre, los hacía subir y sentía un descanso extraordinario.
- Desde el principio aprendí a respetarles, me salía de mí, contactar con mis hijos cuando tenía la ocasión. Y en algunas salas de espera con otras gestantes notaba una diferencia enorme entre mi actitud y la suya, entonces comprendía que no conocían la haptonomía. Las veía con los brazos cruzados encima del abdomen protuído o con el bolso o algún otro paquete encima.
3.- El acompañamiento prenatal con haptonomía además de a mis hijos me acercó a mi marido. Él participó de la gestación de sus hijos.
Yo me sentía tan feliz.
Cuando alguien me preguntaba si estaba gestando me daban ganas de responder: "SÍ, ESTAMOS (mi marido y yo) gestando".
Esperaba con ilusión el momento del día en el que los dos acompañábamos a nuestro hijo. Eran momentos muy íntimos y de una riqueza afectiva impresionante, "papá", "mamá" y "el hijo de ambos". Era nuestra gestación.
Gestar y acompañar con haptonomía a mis hijos ha sido una experiencia tan maravillosa... me considero una afortunada de haber tenido la oportunidad de gestar a mis hijos con acompañamiento prenatal con haptonomía.
Lo que no pude experimentar fue el nacimiento con acompañamiento haptonómico.
Yo soy una gran deportista y uno de mis deportes favoritos es el esquí acuático. Es un deporte muy fuerte en el que se desarrollan todos los músculos del cuerpo incluida toda la musculatura abdominal y perineal.
En las tres ocasiones el bebé lo he tenido muy bien encajado, tanto que me decían que el parto sería rapidísimo, el problema fue la gruesa y fuerte musculatura que no cedió en absoluto, y precisé de tres cesáreas consecutivas. Eso mismo les pasa a otras profesionales o semi-profesionales del esquí acuático, como es mi caso.
A pesar de eso, cuando mis tres hijos nacieron todo el mundo quedó admirado porque tenían los ojos abiertos, observantes, de que aguantaban erguidos, sosteniendo su cabeza. Era la increíble presencia de base.
Frans VELDMAN me dijo que tenía que darles seguridad con el contacto piel a piel y así lo hice.
Durante los cinco - seis primeros meses de vida de mis hijos, después del nacimiento, llenaba la bañera de agua y allí hacíamos una larga sesión el bebé y yo, a veces se nos unía el papá y el hermano/s mayor/es en el caso del segundo y tercer hijo.
Aparte les amamantaba.
Ahora mis hijos Glen, Patrick y Alin (la princesa de la casa) son muy felices, siguen teniendo una gran seguridad en sí mismos. En la escuela van muy bien, no solo a nivel intelectual, sino también a nivel social. La seguridad que siguen teniendo en sí mismos les hace abordar el día a día con gran ilusión.
En el acompañamiento de mi segundo hijo participó otro haptoterapeuta, me decía que Patrick era supercomunicativo, que tenía que aprovechar esta situación y contactarlo tanto como pudiese y así lo hice y lo he seguido haciendo, incluso después del nacimiento, tanto con Patrick como con Glen y Alin. A los tres les gusta que les toque, que los abrace, que los acaricie por todo el cuerpo y como dice Frans VELDMAN: "a la planta de los pies le gusta ser acariciada por las mejillas". Así es que cuando les beso los pies y les acaricio con las mejillas les encanta.
A.M.S.
Sant Just Desvern (Barcelona)
COMENTARIO: Esta embarazada, que por su trabajo llevaba una vida bastante ajetreada, comienza muy tempranamente a tener contracciones uterinas, por lo que se le aconseja reposo junto a medicación.
Cuando vemos a gestantes que manifiestan una determinada irritabilidad uterina que nos hace temer un desencadenamiento prematuro del parto, solemos recomendarles reposo más o menos intenso y medicaciones relajantes de la musculatura uterina. Sabemos que el contacto afectivo thymotáctil tiene unas marcadas propiedades en la variación del tono de los músculos, ligamentos, articulaciones, etc. y muy específicamente sobre las fibras uterinas. Como se demuestra en este caso basta con iniciar las sesiones de acompañamiento prenatal para que la situación cambie, disminuya la tensión y la amenaza del parto prematuro y la madre comprenda como puede dar espacio a su hijo dentro de sí. Este es uno de los efectos que más llaman la atención del acompañamiento haptonómico, pero no el más importante. Habitualmente cuando una madre tiene una amenaza de parto prematuro se le prohíben los ejercicios de los métodos y técnicas de preparación al parto, que podrían agravar la situación. Esta es una de las principales diferencias con el acompañamiento haptonómico prenatal, no existe contraindicación alguna, más bien sería una indicación muy precisa y eficaz. La experiencia de más de diez años así lo corrobora. También la haptonomía nos muestra como algunas madres, y así lo manifiesta esta embarazada rechazan de forma consciente o no a sus hijos, por múltiples razones y ello puede ser motivo de complicaciones en el embarazo y en el parto. Matronas y obstetras conocemos infinidad de casos. Otra de las aportaciones del contacto thymotáctil es precisamente vencer esas resistencias y permitir que la madre pueda aceptar a su hijo dentro de sí y establecer una relación afectiva intensa que anula el efecto negativo de ese rechazo. No olvidemos que un bebé rechazado puede adquirir engramas negativos que podrán afectar su salud psíquica en un momento determinado de su trayectoria vital. Y en esto los haptopsicoterapeutas podemos dar fe de cómo muchos problemas afectivos tiene su origen en embarazos no deseados o mal vividos por sus madres. El acompañamiento afectivo haptonómico muestra aquí el efecto terápico y preventivo en tales situaciones. Una información más amplia se encontrará en la conferencia: "Influencia del acompañamiento haptonómico pre- y postnatal en la salud física y psíquica de la madre"*.
Además esta madre se extiende en una serie de aspectos importantes en la vivencia del embarazo como son: la dignidad de la persona humana en esta situación, adquirida a través del sentimiento de completitud; el sentir su útero habitado y no como un "... solo contenedor ..."; la tranquilidad obtenida al percibir la respuesta del bebé; el alivio de las molestias corrientes del embarazo como la sensación de pesadez en el bajo vientre y como corregirla, gracias a la presencia de base, a la vez que se permite una mejor colocación del bebé, lo que mejora tanto el confort del bebé como el de la madre; el respeto al bebé y la mejoría de la relación de pareja, ya que el padre se implica en el proceso gestacional ("... estamos ... gestando ...").
Todo lo anterior se manifiesta en los niños, mediante una presencia clara, un porte erguido de su cabeza "... la increíble presencia de base.". Y el resultado de seguridad, felicidad, etc...
*Jaime Robert: En: "Influencia del acompañamiento afectivo haptonómico desde la concepción hasta la muerte". Ed. Jaime Robert, Zaragoza, 2003: 135-197.
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