HAPTOPSICOTERAPIA®
Psicoterapia haptonómica o haptopsicoterapia
La haptopsicoterapia es una forma de asistencia, de terapia que pretende ayudar a la persona a establecer, restaurar o desarrollar su salud psicoafectiva.
Puede, en las enfermedades psíquicas de larga duración, permitir una vivencia diferente, recurriendo a las facultades afectivas escondidas e ignoradas de la persona, lo que le ayuda a retomar activamente su vida, con la enfermedad.
Se dirige a las personas que sufren, o que presentan un malestar existencial. Les ofrece la posibilidad de movilizar ellos mismas sus recursos vinculados al deseo y al placer de vivir. En la vivencia de seguridad instaurada por la relación thymotáctil afectivo-confirmante - que funda el soporte psicotérapico -, la persona accede poco a poco a la autonomía de su relación afectiva con sus semejantes. En las psicopatologías graves, ayuda a encontrar los recursos afectivos propios, para integrar la enfermedad y hacerle frente.
Permite un abordaje original de los disturbios debidos a carencias afectivas muy precoces.
En el curso de todos los primeros encuentros, la persona descubre y reconoce las restricciones y las limitaciones que, en el dominio afectivo, se establecieron en ella en respuesta a las faltas y las frustraciones de su vida relacional con otros. Además - y de modo esencial - descubre que más allá de las adaptaciones inadecuadas de aprensión y de temor que construyó de la mejor manera posible, tiene la capacidad de poner en ejecución facultades afectivas que le son singulares y que estaban sin desarrollar. Puede vivir sin fingimiento, sin estar a la defensiva ni en la huida.
Poco a poco, explora sus propias facultades afectivas. En la vivencia de seguridad instaurada por la relación afectivo-confirmante, ya no teme vivir sus sentimientos. Haciendo experiencia por sí misma, ella restaura y desarrolla su gusto de vivir y madura su relación afectiva con sus semejantes. Desarrolla sentimientos de seguridad interior, de consciencia de sí y de confianza-en-sí. Estos sentimientos son la base necesaria para iniciar y mantener las relaciones afectivas en las relaciones humanas, con toda seguridad y autenticidad.
En el curso del acompañamiento, se desarrolla un sentimiento de bienestar, de completitud, sentimiento por el cual se vive como una unidad, una completitud* (koïnesthesia*).
Las experiencias relacionales experimentadas en el momento de los encuentros terapéuticos, en lo que tienen de confirmante y de inédito, conducen a una transformación del mundo vivido, de la representación interiorizada por él sí mismo. Vivir su propio bien en la relación con el otro contribuye poco a poco a estas transformaciones psíquicas y afectivas.
Sin ignorar el segundo plano médico y psiquiátrico, o psicopatológico de la persona que consulta, la haptonomía no desconoce tampoco los signos que le llevan a pedir la ayuda. Pero es más allá de la historicidad de la persona que ella misma participa en el rebasamiento de este sufrimiento; qué éste resulte de experiencias traumáticas o de construcciones derivadas de faltas en el desarrollo psíquico y afectivo.
Los sentimientos y las emociones se manifiestan en el nivel de la corporalidad afectiva vivida en su espontaneidad y su autenticidad en el momento de los reencuentros sucesivos, comprenderemos que la haptonomía vele por que esta expresión no sea contrariada. También jamás pone en ejecución aprendizajes o técnicas que pretenden corregir la manera de ser corporal; esto bloquearía la liberación de los sentimientos y de las emociones (ver ÉTICA y PRINCIPIO P.T.P.).
Por esta razón, la haptopsicoterapia es incompatible con las aproximaciones corporales tales como el yoga, la somatoterapia, el rebirth… todas aquellas que recurren, en particular, a técnicas respiratorias.
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